La experiencia de la noche del martes diecinueve de agosto en el local de Pista Urbana fue sublime. Este reducto de vanguardia cultural donde se pueden escuchar bandas, solistas y poetas (allí presenté mi libro en 2018 y 2022) en el barrio de San Telmo, lució esta vez una verdadera maravilla musical de este tiempo y de la música ciudadana: el grupo Astillero cuyo solo nombre parece designar por antonomasia el Nuevo Tango del siglo XXI.
Astillero es sin lugar a duda tango. Con toda la raíz canyengue de los orígenes, del arrabal, de los viejos barrios porteños pero con un inconfundible e intenso sabor de los barrios actuales de Buenos Aires y el conurbano bonaerense. No suena con esa melancolía irreductible del viejo tango, con esa impronta del farolito, de los patios de malvones y las chatas entrando al corralón. No luce como el tango de 1930 y 1940 machista, patriarcal. La “mina”, la “pebeta” no es la culpa de los dramas de los varones heteronormativos sino que acá aparecen los dramas, los conflictos, los dilemas de este tiempo y lo que desliza esta banda es sobre todo pasión. Pasión por la música. Por eso el concierto fantástico que brindó el maestro Julian Peralta con su conjunto, celebró 20 años con esa misma pasión cuando surgió allá por el 2005 cuando el debate no era si Piazzolla era tango o no, sino que iba a pasar con este género porteño que hoy pervive y que por momentos parece volver a su antiguo esplendor y por momentos se apaga, aunque es cierto que esto es Argentina, la Argentina pos 2001, la de la democracia en crisis, decadente y arrasada por los liberfachos en el poder que resiste y resiste. Acá no pasa como en el resto del mundo donde el tango y sobre todo el Nuevo Tango es objeto de admiración y culto y renueva esperanzas con su internacionalismo nacido a fines del siglo XX.
Su música es muy original y contundente. Tal vez debería llamarse como una vez llamó a la suya Piazzolla: Música Popular Contemporánea de la Ciudad de Buenos Aires. Eso para los oídos sordos que no creen que esto también es tango.
La banda en la actualidad está integrada por el maestro JULIÁN PERALTA en piano -autor de la mayoría de los temas del grupo-, fundador de Astillero luego de haber fundado en 2003 la Orquesta Típica Fernández Fierro, en violín ISHTAR HERNANDEZ, en violonchelo JACQUELINE OROC, en bandoneones MARIANO GONZÁLEZ CALO y DIEGO MANIOWICZ y en contrabajo FEDERICO MAIOCCHI. Un conjunto de maestros que suenan como una maquinaria aceitada pero además con humor, con soltura, relajados. Juegan como los grandes equipos de fútbol. Casi de memoria.
Nació en el puerto como el tango
Cuando le preguntamos al finalizar el concierto al maestro Julián Peralta porque la banda se llama Astillero su respuesta fue que se inspiraron en el puerto de Bs As. Allí arribaron desde 1870 hasta mediados del siglo XX un inmenso contingente de inmigrantes europeos y de todo el mundo y fueron esos los que aportaron la materia prima para construir el tango. Fusionando esos ritmos y géneros musicales con el candombe rioplatense y la milonga campestre de la llanura pampeana y otros ritmos folclóricos argentinos se fue amasando en 2×4 primero, en 4×4 y 3-3-2 luego, la masamadre de esta música ciudadana junto con el jazz y el rock que son de los pocos folclores urbanos que se han hecho mundiales.
Y no hay duda que los excelsos músicos de Astillero hacen de su música una verdadera fusión de corrientes y tendencias.
Veinte años de coherencia y amor por la música.
El maestro Julián Peralta es docente de la EMPA (escuela de música popular de Avellaneda) y además dirige la Orquesta Típica Julián Peralta que sigue la tradición de la orquestas típicas de tango pero el resto de los integrantes son músicos que sin duda saben muy bien cómo tocar y como poner su pasión y amor por la música en un recorrido de notas que siempre suenan armónicas y que siempre llegan a la máxima intensidad melódica, sean temas rápidos o lentos, sean milongas y candombes o sean temas que rozan el rock y el pop. Igual que otra gran orquesta como Ciudad Baigón se siente en ellos la vibración del Buenos Aires de estos tiempos. Se siente tango pero también se siente rock, también jazz, también pop. Y aunque tienen mucha fuerza, los temas de Astillero no abruman: siempre al ritmo y armonía instrumental la combinan con una discreta y persistente melodía. Combinan perfecto los 3 componentes de la música al decir de Charly García: Ritmo, Armonía y Melodía.
Estos veinte años Astillero ha desarrollado una trayectoria que muestra los diferentes momentos de Buenos Aires y lo ha hecho a través de seis álbumes cuyos títulos el maestro Peralta relata humorísticamente en el concierto de Pista Urbana en el que recorrió toda la historia de la banda.
El disco original fue Tango de ruptura editado en 2006 y en ese momento la banda contaba con la voz de Peyo Campoliete y en violín a Osiris Rodríguez, en violonchelo Pablo Milrud y el segundo bandoneón era Patricio Bonfiglio y tenía en contrabajo a Félix Arcangeli. Mariano Gonzalez Caló y Julián Peralta estuvieron desde los inicios y son actualmente el alma mater de la banda. Los temas de este álbum son frescos, intensos, cortantes pero sin perder armonía y la poderosa voz de Campoliete les da a los temas cantados un sabor de una metrópoli de quejas, arrasada a cinco años del 2001 con la brasas del argentinazo aún tibias pero decantando una nueva cultura tango. Justamente el nombre indica la ruptura con el tango del siglo XX. Sus temas destacados a mi entender son Chiru y Variación aunque los once son realmente muy buenos.
El segundo disco Sin descanso en Bratislava – glosas fuera de tiempo grabado en 2009 en los míticos estudios ION sorprende por el título sin conexión con alguna idea aparente pero esa sorpresa se devela cuando escuchamos de entrada la potencia interpretativa de Andén su tema insignia un retrato de la alienación, de la miseria urbana, una poesía del dolor que provoca la conciencia de la triste realidad que le toca vivir: “saber que el cielo negro recrudece… saber que el tiempo nunca se detiene y nunca volverá”. También se destaca Torque un tema rápido y candombero de Mariano Gonzalez Caló de gran elegancia.
Cuatro años después publican (2013) Soundtrack Buenos Aires un disco en el que se asocian con una magnífica orquesta de cuerdas y la banda cambia de integrantes ya que el violín lo ocupa Martijn Van Der Linden y el violonchelo Luciano Falcón quedando en el segundo bandoneón: Adolfo Trepiana y en el contrabajo Federico Maiocchi que es el bajista actual de la banda. Con Maiocchi la banda comienza a tener más estabilidad y a consolidarse. Los temas de este disco son mayormente melódicos y en ciertos momentos brota como un espíritu que vuelve fantasmagórico el tango de arrabal pero no molesta, no perturba porque nunca pierde la armonía de conjunto. A suerte y verdad de Peralta y Línea de tiempo de Gonzalez Calo son los dos primeros temas y los que marcan el ritmo de la composición.
El cuarto disco es el sumun de la banda. Quilombo. Y paradójicamente lo que menos hay acá es justamente quilombo. Con nueve temas de Perlata quien se erige como el compositor más importante del Nuevo Tango de este tiempo y dos de Gonzalez Calo, la música de Astillero llega a un punto de madurez indiscutible donde todo está equilibrado armonía, melodía y ritmo pero sobre todo la combinación de un swing porteño con un sonido moderno rockero o jazzistico que tiene una estética que es inconfundible. Es el álbum en el que podemos decir escuchando de lejos “acá está Astillero”. Es un vivo retrato. Los temas están dedicados todos a barrios de Buenos Aires y el conurbano: Pompeya, Lugano, Barracas, Alsina, Budge, Caraza… Todo el Sur concentrado en un disco. Todo ese aire de barrio, de hondos padecimientos, de sinsabores, de nubes grises y negras, de zanjones y barriales, de caras sucias, del proletariado metropolitano pero también de poesía, de esperanza, de ganas de luchar. Todo este Quilombo es una hermosa poesía instrumental que alegra el corazón. Con la llegada de Jacqueline Oroc la actual chelista del grupo y a Diego Maniowicz el actual segundo bandoneón, la banda ya luce como un equipo de once titulares aunque sean seis. En violín incorporó a Alicia Alonso Baeza. El quinto disco es Arcadia con todos temas cantados en la voz del inefable Walter “Chino” Laborde e incorporando al violín a Alex Musatov actualmente este lugar lo ocupa Ishtar Hérnandez. El Chino es sin duda la voz masculina más destacada del tango. Un lujo que solo los grandes pueden darse. El sexto y último álbum es Noche Random que aún no está en la página oficial del grupo pero que tiene unos temas que mezclan una especie de psicodelia con tango y se oye entre los acordes unos toques muy especiales de Pugliese y Piazzolla. Fue grabado en 2023 en Estudios Fort Music en Bs As.
Esperamos que pronto lleguen nuevos temas de esta banda mientras tanto hay mucho para disfrutar.
Presente y futuro del Nuevo Tango
Buenos Aires y varias ciudades del mundo cuentan hoy con una amplia diversidad de grupos musicales que por sus características y formatos orquestales podrían clasificarse en el aún indefinido género del Nuevo Tango.
Este género fue creado por Astor Piazzolla en 1955 con su Octeto Buenos Aires pero hoy encuentra 33 años después de su muerte nuevos y poderosos desafíos. El legado del genial bandoneonista parecía no encontrar su camino en la primera década del siglo actual. Sin embargo arriesgados autores, compositores, grupos intentaron sacar de esta hibernación al tango contemporáneo y finalmente lo lograron para nuestra suerte y dicha. En 2010 Michel Bolasell escribió el libro “La revolución del tango; la nueva edad de oro” para mostrar que en Buenos Aires estaba sucediendo un fenómeno de características similares al de 1930-1940 en cuanto a proliferación de grupos de tango contemporáneo y de gran calidad musical. En 2001 surge en Europa y se traslada a Argentina Gotán Project un conjunto de electrotango integrado por un argentino Eduardo Makaroff, un suizo Christophe Muller y un francés Phillipe Cohen-Solal y se considera este acontecimiento como el nacimiento del Nuevo Tango del siglo XXI al que se sumaron una multitud de bandas de electrotango como Tanghetto, Bajofondo, San Telmo Lounge, Alto Bondi, etc. y en la línea más acustica la aparición de La Fernandez Fierro fue un hito que abrió un camino. Hoy Astillero, Ciudad Baigón, La Vidu, y muchas otras bandas y orquestas de gran calidad le dan un colorido especial al tango contemporáneo sabiendo que no es exclusivamente porteño sino que es mundial.
Dijo la BBC de Londres que esta banda es “La continuación de Piazzolla. Absolutamente virtuosa, loca y fantástica”.
Astillero es el presente pero también marca el futuro del tango, de este salen los nuevos barcos que surcan el ancho mar del tango internacional. ¡Que zarpen más barcos! ¡Viva el Nuevo Tango!