Deepfake: qué es y cómo detectarlo para no caer en engaños

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En los últimos años, el término deepfake pasó de ser una curiosidad tecnológica a una amenaza concreta para la seguridad digital. Estas falsificaciones creadas con inteligencia artificial pueden imitar voces, gestos y hasta expresiones faciales con una precisión sorprendente. La problemática no solo afecta al mundo del entretenimiento, sino también al de la política, las finanzas y la vida cotidiana.

El avance de la inteligencia artificial generativa permitió que estas técnicas sean cada vez más accesibles. Hoy, con un software básico y entrenamiento de modelos, es posible clonar la voz de una persona o recrear un video donde aparece diciendo algo que jamás pronunció. De ahí que hablar de cómo detectar un deepfake se volvió esencial.

Además de la curiosidad que despiertan, los deepfake esconden riesgos graves. Desde fraudes telefónicos con voces clonadas hasta la creación de noticias falsas, las aplicaciones van mucho más allá de lo que el usuario común imagina. Incluso bancos y organismos financieros alertaron sobre intentos de estafa en los que se usan estas tecnologías para engañar a clientes y empleados.

Ciberseguridad: las mejores técnicas para no caer en estafas.

Por eso, resulta fundamental conocer qué son, cómo funcionan y, sobre todo, cuáles son las señales que permiten distinguirlos. Detectar un video manipulado con deepfake puede marcar la diferencia entre caer en una trampa digital o proteger nuestra identidad y nuestros datos personales.

Un deepfake es un contenido audiovisual generado mediante redes neuronales que combina o altera rasgos de una persona hasta lograr un resultado prácticamente idéntico al real. El término proviene de la unión de deep learning (aprendizaje profundo) y fake (falso).

En la práctica, esto significa que una computadora puede “aprender” los gestos de un rostro o el timbre de una voz, y luego reproducirlos con gran realismo. Existen distintas variantes: desde los deepfaces, que manipulan caras, hasta los clones de voz, capaces de reproducir llamadas completas con la entonación de alguien conocido.

Detectar estas falsificaciones no siempre es sencillo. Sin embargo, hay pistas que pueden ayudar: movimientos de ojos poco naturales, parpadeos extraños, iluminación que no coincide con el entorno o labios que no se sincronizan del todo con la voz. En el caso del audio, suelen detectarse pausas o entonaciones fuera de lugar.

Riesgos y fraudes vinculados a los deepfake

Los especialistas recomiendan prestar atención también al contexto. Un video que circula sin fuente oficial, un audio que llega por WhatsApp con pedido de dinero urgente o una llamada inesperada deben levantar alertas inmediatas. Cruzar información y recurrir a canales verificados es esencial.

El mayor peligro de los deepfake es su capacidad para engañar en situaciones cotidianas. Un caso cada vez más común son las llamadas telefónicas donde alguien simula ser un familiar que pide dinero de manera urgente. Con un par de grabaciones previas, la inteligencia artificial puede clonar la voz casi a la perfección.

También preocupa el uso en campañas de desinformación. Videos falsos que muestran a dirigentes políticos diciendo frases nunca dichas, o imágenes manipuladas para alterar la opinión pública, representan un desafío para la democracia y los procesos electorales.

Riesgos y fraudes vinculados a los deepfake. Foto: Shutterstock

En el ámbito financiero, los fraudes digitales ya registraron intentos de transferencias autorizadas mediante voces clonadas. Las entidades bancarias advierten a sus clientes sobre no confiar en instrucciones recibidas únicamente por llamada y siempre corroborar por canales oficiales.

Otro riesgo es el uso del deepfake en la creación de identidades falsas. Estas técnicas permiten fabricar rostros inexistentes que parecen fotografías reales. En redes sociales, estas cuentas pueden usarse para manipular conversaciones, cometer estafas o generar confusión masiva.

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